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EVALUACIÓN DOCENTE 2.0

Reproducimos la columna de Alejandro Ganimian, invitado principal de nuestro último seminario "Calidad y Gestión en Educación".

"Varios estudios rigurosos han demostrado que los docentes que logran mejorar el desempeño de sus estudiantes no sólo pueden contrarrestar las desventajas asociadas con el nivel socio-económico de los alumnos, sino que también pueden aumentar la probabilidad de que éstos se matriculen en la universidad, eviten comportamientos riesgosos, y ganen mejores salarios cuando entren al mercado laboral.

La evaluación docente puede cumplir un rol fundamental para mejorar la efectividad docente en todos los momentos críticos de la profesión: desde identificar a los entrantes con mayor potencial, hasta detectar prácticas para mejorar o compartir entre los docentes actuales, retener a los docentes más efectivos, asignar a los mejores docentes a los estudiantes que más los necesitan, e identificar y desvincular a docentes de mal desempeño crónico.

En el 2009, la Fundación Bill & Melinda Gates impulsó una iniciativa para buscar mejores formas de identificar y desarrollar docentes efectivos: el Proyecto de Medición de Efectividad Docente (MET)—una alianza entre académicos, docentes, y organizaciones educativas en cinco distritos escolares en Carolina del Norte, Tejas, Colorado, Nueva York y Florida. El proyecto se hizo dos preguntas: ¿qué instrumentos de medición identifican a docentes que mejoran el desempeño estudiantil?, y ¿qué combinación de estos instrumentos produce la medición más confiable?

El Proyecto MET midió la interacción entre estudiantes, docentes, y el contenido usando encuestas de alumnos, observaciones de clase, y pruebas de desempeño estudiantil por dos años, con más de 3.000 docentes, y 10.000 alumnos. El principal hallazgo de este ejercicio es que al combinar estos tres instrumentos, se pueden maximizar sus ventajas comparativas. Las encuestas de alumnos son claves para optimizar la confiabilidad de las evaluaciones docentes, las observaciones de clase son importantes para ofrecerles a los docentes una retroalimentación que sea útil para mejorar sus prácticas, y las pruebas de desempeño estudiantil son necesarias para predecir la efectividad de los docentes. Por lo tanto, un sistema que combine las tres puede alcanzar estas metas simultáneamente.

Pero quizás la contribución más importante del Proyecto MET fue su capacidad de verificar si estos tres instrumentos de evaluación identificaban a docentes efectivos o si quienes se desempeñaban mejor en éstos simplemente tenían estudiantes más capaces. En el segundo año del Proyecto MET, se asignó aleatoriamente a los docentes a sus alumnos dentro de cada escuela. Así, se pudo corroborar que aquellos docentes que habían sido identificados como efectivos por medio de encuestas de alumnos, observaciones de clase, y pruebas de desempeño estudiantil en el primer año lograban mejores resultados en su segundo año, sin importar el grupo de estudiantes que se les había asignado.

Este proyecto se diferenció de esfuerzos similares previos en tres aspectos fundamentales. Primero, en vez de concentrarse en los fines punitivos de la evaluación docente, intentó entender cómo puede ser una herramienta de mejora para un sistema educativo. Segundo, en vez de entrar en el debate poco fructífero sobre si se puede medir la buena enseñanza, respondió la pregunta más productiva de qué aspectos de la enseñanza pueden medirse. Y finalmente, en vez de intentar crear un sistema de evaluación docente perfecto, aspiró a una meta más humilde pero pragmática: mejorar considerablemente el sistema actual".

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