Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

PROYECTO DE NUEVO SISTEMA DE FINANCIAMIENTO ESTUDIANTIL PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Esta mañana, el Presidente Sebastián Piñera firmó el proyecto de ley que será enviado al Congreso, que crea un nuevo Sistema de Financiamiento Estudiantil para la Educación Superior.

La Investigadora del Programa Social de LyD, María Paz Arzola, explica que si bien aún no hemos tenido acceso al texto definitivo, el Ministro de Educación, Harald Beyer, ya había dado algunas luces sobre lo que se incluiría. El nuevo sistema unifica los créditos del Fondo Solidario y con Aval del Estado en un crédito único, que será otorgado a alumnos pertenecientes a los nueve primeros deciles que estudien en instituciones de educación superior acreditadas, sin distinguir si estas pertenecen o no al CRUCH. Se termina así con la discriminación arbitraria e injustificada que existía hacia los alumnos de institutos profesionales, centros de formación técnica y universidades privadas no tradicionales, cuyo crédito tenía condiciones menos favorables que el crédito del fondo solidario, otorgado exclusivamente a alumnos del CRUCH.

En cuanto a la generación de los fondos, será el Estado en lugar de los bancos, el gestor y administrador de los créditos, a través de la Tesorería General de la República. El crédito único tendrá una tasa de interés del 2% (en UF), se comienza a pagar una vez que el egresado esté trabajando y se hará en cuotas contingentes al ingreso, que no podrán superar el 10% (si el ingreso es mayor a 14 UTM) o el 5% (si es menor que 14 UTM) del ingreso. En caso de cesantía, las cuotas se suspenden y la devolución debe hacerse en un plazo máximo de pago de 180 cuotas (15 años), luego de las cuales la deuda que queda es perdonada. El pago será similar al de las cotizaciones previsionales; en caso de trabajadores dependientes será el empleador el encargado de retener el monto correspondiente, mientras que los trabajadores independientes deberán hacer ellos mismos los pagos mensuales.

Según la economista, estas características hacen que el crédito sea mucho más abordable y nos parece muy positivo que el Gobierno se mantenga firme con su rechazo a la gratuidad, pues un sistema de créditos que es pagado de acuerdo a la capacidad generadora de ingresos es una estrategia justa y equitativa, que focaliza las ayudas en aquellos egresados que aun habiendo pasado por la educación terciaria, no consigan una situación económica que le permita devolver sus deudas. En cambio, quienes hoy no tienen los recursos, pero que mañana sí contarán con un trabajo y una situación que les permita devolver su deuda, permitirán hacer el sistema solvente y financiar a las generaciones futuras. Para que esto sea así, sin embargo, es fundamental que el Estado esté a la altura y sea un mejor cobrador de lo que han sido las instituciones hasta ahora.

En cuanto a la brecha entre el arancel de referencia (monto que cubren las becas y créditos) y el arancel real cobrado por las instituciones, el proyecto propone que sea financiada a través de becas o créditos emitidos por las mismas instituciones de educación superior, que cubran el 100% de la brecha para los estudiantes provenientes de los quintiles 1 y 2, o el 50% de la brecha para los alumnos del quintil 3. “Lo que se busca con esto es que las casas de estudio se hagan cargo de los aranceles, que no los eleven desproporcionadamente, y que a su vez se la jueguen por sus estudiantes  con carreras que tengan futuro”, explica María Paz Arzola.

Sin embargo, dice la investigadora, nos parece que éste es tal vez el aspecto más negativo del proyecto, pues no parece recomendable obligar a las instituciones de educación superior a entrar en el área financiera, que les es ajena. Distinto hubiese sido que estos se mantuvieran como avales de un crédito (recomendación de la “Comisión Paredes”). Además, este mecanismo equivale finalmente a una fijación de aranceles desde el Ministerio de Educación, que quita dinamismo y precisión al sistema, y descansa en el supuesto de que éste último es más capaz de determinar los aranceles que las mismas instituciones, aun cuando son éstas en realidad las que conocen los verdaderos costos de la provisión de educación.

Por último, hay que precisar que hace falta conocer el proyecto para saber exactamente lo que éste incluye y a partir de ahí poder emitir una opinión más precisa.

otras publicaciones