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REAJUSTE DE SALARIO MÍNIMO: MUY ALEJADO DE LA REALIDAD

Con ocasión del Día del Trabajador se ha puesto en el tapete la discusión de salario mínimo, y esta vez con un punto de partida que parece muy alejado de la realidad, ya que el presidente de la CUT ha propuesto un reajuste de 37%, de $182.000 a $250.000.

A juicio de la economista de LyD, Cecilia Cifuentes, dos realidades atentan en contra de una petición de esta magnitud; la primera son las cifras de desempleo juvenil, que casi triplican el promedio nacional. Un 16.5% de los jóvenes entre 15 y 24 años se encuentra actualmente desocupado, lo que equivale a casi 190 mil jóvenes que quieren trabajar y no encuentran empleo. Si a este número sumamos un total de 286 mil jóvenes de ese grupo etario que podrían potencialmente trabajar, tenemos un tema que va más allá del campo laboral. Estos jóvenes caen en riesgo social, siendo probablemente la falta de acceso al trabajo para este segmento una de las causas más importantes de los problemas de delincuencia y drogadicción. Un salario mínimo más alto sin duda agrava este problema. Pero se debe considerar además la situación de un gran número de empresas pequeñas que emplean a trabajadores con escasa o nula capacitación, que ganan actualmente el salario mínimo. De acuerdo al Centro de Microdatos de la Universidad de Chile entre un 10% y un 15% de los ocupados se encuentran en esta situación. Subir el salario mínimo en el porcentaje solicitado por la CUT podría significar la inviabilidad de estas empresas, lo que generaría un problema de desocupación. Para este segmento de trabajadores poco calificados es preferible obtener un salario reducido a no obtener nada.

¿Qué nivel de reajuste es razonable? La Comisión de Salario Mínimo convocada por el gobierno en 2010, compuesta transversalmente por académicos, empresarios y trabajadores, concordó una fórmula que establecía el reajuste de acuerdo al aumento de productividad más inflación, lo que en las circunstancias actuales determinaría un reajuste de 5.5% aproximadamente, es decir, $192.000.

Existe, sin embargo, otra alternativa, que permitiría que trabajadores con experiencia pudieran acceder a salarios mínimos superiores a $200.000. Esta sería el establecimiento de salarios mínimos diferenciados por la densidad de cotizaciones previsionales del trabajador. De esta forma se podría incluso buscar una fórmula que hiciera más atractiva la contratación de jóvenes, lo que ayudaría a resolver el serio problema de delincuencia juvenil que tenemos actualmente.

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