Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

LA BUENA EDUCACION: DESAFIOS PARA EL 2012

El Mercurio

A continuación reproducimos la columna de nuestra Consejera, Patricia Matte, publicada hoy en El Mercurio.

El 2011 estuvo marcado por un fuerte debate sobre nuestro sistema de educación escolar, pero no se logró alcanzar un consenso sobre hacia dónde deben ir las reformas para mejorar la calidad de éste. Los que estamos involucrados directamente en prestar servicios educacionales vimos cómo, desgraciadamente, la discusión se fue poblando de mitos, y cómo, en aquellos temas en que habíamos podido alcanzar consensos bastante transversales en estos últimos veinte años, hoy día estos acuerdos parecían imposibles. El debate parecía transitar hacia temas que poco y nada tienen que ver con la calidad de la educación. Al comienzo de las movilizaciones estudiantiles se afirmaron cosas como que los colegios particulares subvencionados percibían ganancias excesivas (lucro) a costa de la calidad; que nuestro sistema es segregado pues niños provenientes de distintas realidades rara vez conviven dentro de una sala de clases, y que la existencia de financiamiento compartido perpetúa las desigualdades en los establecimientos. Todos temas que poco tienen que ver con lo que sucede de verdad en la sala de clases. Terminamos el año olvidando totalmente aquello que todos parecíamos saber: que la educación de calidad se genera en la base de la pirámide educativa y se va construyendo con buenos proyectos educativos. El presupuesto es en parte un reflejo de este olvido. Es verdad, se destinaron recursos crecientes para cobertura preescolar, pero nada se dijo sobre contenidos.

Libertad y Desarrollo, en su nuevo libro "La buena educación", trata de ponerle más densidad a la discusión y aporta datos y reflexiones para que, en el año 2012, ojalá y de verdad, se aborden realmente los temas que nos pueden llevar a progresar en un camino que ya está bastante bien delineado por la nueva institucionalidad recién aprobada en el Congreso Nacional.

Parte este libro por aportar evidencia y datos duros que van uno por uno desmontando y aclarando los mitos más comunes que han aparecido en las discusiones recientes. Es así que mediante este análisis es posible comprobar que a través de la educación particular subvencionada se logran mejores resultados, incluso en estudiantes del nivel socioeconómico bajo, y que al contrario de lo que se ha venido sosteniendo, cobijan una mayor diversidad de alumnos que los municipales, aun cuando estos últimos atienden una mayor proporción de alumnos del estrato bajo. Aquellos que pueden percibir ganancias, atienden a 1,2 millones de niños, y la mayoría no son redes con muchos colegios. De hecho, un 80% de ellos son colegios únicos, con pocos alumnos, formados por sociedades de profesores. En relación con el financiamiento compartido, se constata que muchos padres de los estratos más bajos hacen esfuerzos para pagar una mejor educación para sus hijos, ya sea en colegios particulares subvencionados con o sin fines de lucro, pues no ven en la educación municipal una alternativa satisfactoria. Por su parte, en relación con la segregación, parte importante de este problema estaría determinado por la segregación residencial existente, ya que los alumnos asisten de preferencia a colegios cercanos a sus domicilios y por consiguiente, ésta no se reduciría si se elimina el financiamiento compartido. Lo más importante para corregir esa segregación viene siendo que los colegios reciban una subvención más alta, que refleje el mayor costo de educar a alumnos vulnerables, lo que constituye el objetivo de la Subvención Preferencial. De hecho en colegios como los que nosotros administramos, el porcentaje de niños vulnerables ha ido aumentando en forma sistemática.

En el caso de la educación pública, la discusión se ha centrado en la necesidad de desmunicipalizar. Todos estamos de acuerdo en que ésta necesita urgentes correcciones, para que vuelva a ser una opción válida para muchas familias. Sin embargo, esto no se logra poniendo más trabas a los colegios particulares subvencionados, sino entendiendo que más allá del rol de la municipalidad, o el organismo que administre los establecimientos, la diferencia se logra a nivel del colegio, con mejores profesores y con directores más comprometidos que tengan la autonomía necesaria para tomar decisiones al interior de la escuela, y que se responsabilicen por los resultados de su colegio. Tampoco esto se logra sólo inyectando mayores recursos, lo que sin duda es necesario también, pues ya nadie discute que la subvención general resulta insuficiente para cubrir los costos de una educación de calidad, sin embargo hay que mejorar su fórmula de cálculo. Y es fundamental hacer los cambios en la forma de gestión, pues de lo contrario esos recursos se esfumarán sin producir mayores resultados.

Estamos en un momento que ofrece una gran oportunidad para avanzar a una mejor educación. El país ha hecho muchos esfuerzos y ha alcanzado amplios consensos educacionales que han permitido destinar sistemáticamente más presupuesto a Educación. Se acaba de crear toda una institucionalidad a partir de diversas leyes aprobadas en los últimos años, reformas que recién se están aplicando, y que hay que dejar que comiencen a operar para ver sus resultados.

Los que estamos día a día en el mundo de la educación queremos hacer un llamado a la reflexión, sobre todo a nuestras autoridades y fuerzas políticas: nunca debemos olvidar que si hay un tema que requiere consenso transversal, ése es el de educación. Los resultados de las políticas que hoy estamos implementando sólo se conocerán en el largo plazo, y por lo tanto no hay que apresurarse con medidas que podrían revertir todo lo bueno que se logre.

Tags:

otras publicaciones

Diario Financiero

La Tercera