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LECCIONES A CONSIDERAR DE 3 SISTEMAS DE EDUCACIÓN SUPERIOR EXTRANJEROS

A raíz del debate en torno a las características que debiera tener el sistema de educación superior en nuestro país, LyD analizó para la revista Poder & Negocios los ejemplos en la materia en Argentina, Australia y Estados Unidos. De esta revisión, realizada por el Coordinador del Programa Social, Rodrigo Troncoso; la investigadora del mismo Programa, María Paz Arzola, y Daniel Montalva, del Programa Legislativo, se desprenden importantes conclusiones.

Así, por ejemplo, el sistema de educación superior argentino nos muestra que la gratuidad de la educación, sumada al acceso ilimitado, ha provocado una baja eficiencia (pocos graduados y muchos desertores). La aparente gratuidad da a los estudiantes la falsa señal de que estudiar en la universidad no tiene ningún costo, lo que es falso, pues se requiere esfuerzo y una adecuada preparación, que al no ser internalizados, terminan con altas tasas de deserción o bien el alargamiento de las carreras.

En tanto, Australia descartó la gratuidad por ser costosa, regresiva e innecesaria. Implementaron, en cambio, un sistema de créditos que ha funcionado por varios años en forma exitosa. El financiamiento de las universidades en Australia tiene un importante componente privado, que no sólo proviene de los aranceles que pagan las familias, sino también de otros servicios que ofrecen las universidades y les reportan ingresos. El Estado no fija los aranceles que se deben cobrar, como se ha planteado en Chile. Es bien sabido que las fijaciones de precios nunca se van a hacer correctamente. En su lugar, Autralia fija aranceles máximos que se pueden cobrar a los alumnos y estos financian una parte mientras estudian y otra mediante un crédito.

En Estados Unidos hay importantes incentivos tributarios para apoyar el financiamiento de la educación terciaria y para las donaciones a las universidades.

En este país, a pesar de que la educación superior siempre ha sido dividida entre pública y privada sin fines de lucro, en los últimos años han aparecido instituciones privadas con fines de lucro, lo que ha creado nuevas oportunidades para los estudiantes que buscan una educación superior, y también ha servido para tener conocimiento acabado de cómo los estudiantes financian su educación.

En definitiva, el sistema de educación terciaria en Estados Unidos, en consideración a que no es gratuita, entrega todas las herramientas y beneficios tanto a la oferta como a la demanda para solventar los gastos relacionados con la educación, permitiendo así que la mayor cantidad de personas logren tener acceso a la educación superior sin que esto signifique un mayor gasto para las arcas fiscales, y permitiendo además la coparticipación de fondos públicos -federales, estatales y locales-, y privados en el financiamiento de un exitoso sistema basado en la coexistencia de instituciones públicas y privadas con y sin fines de lucro.

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