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GRECIA: APROBACIÓN DEL NUEVO PLAN DE AJUSTE TERMINA CON INCERTIDUMBRE ANTE DEFAULT

En las últimas semanas se había acentuado la preocupación por la situación financiera de Grecia. Sin embargo, hoy el  Parlamento aprobó el nuevo plan de ajuste, que incluye 28.400 millones de euros en medidas de ahorro y alzas de impuestos, además de la recaudación de unos 50.000 millones mediante privatizaciones.

Con la aprobación de plan de ajuste hasta 2015, el Gobierno puede desbloquear los 12.000 millones de euros del quinto tramo del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), sin el cual Atenas no podía afrontar sus pagos el próximo mes.

Según un informe elaborado por el Centro de Economía Internacional de LyD, la tensión financiera que afecta los mercados financieros internacionales y la preocupación a nivel macroeconómico internacional se ha agudizado, por dos categorías de hechos, principalmente.  En primer lugar, ha persistido el intenso debate, no exento de riesgo, entre el Banco Central Europeo y el Gobierno de Alemania, sobre cómo involucrar a los tenedores de bonos griegos en el próximo paquete de rescate para Grecia, de modo que los tenedores de bonos participen, de alguna forma, en las pérdidas.  Por su parte, el Banco Central Europeo, que tiene deuda griega entre sus activos por 160 mil millones de euros, se opone terminantemente a través del propio Jean Claude Trichet, su presidente, invocando el argumento del contagio potencial a otras economías en crisis o periféricas de Europa.  Obviamente, también para el Banco Central Europeo y los bancos europeos (franceses, alemanes e italianos, principalmente), suponen una pérdida considerable que los afectaría financieramente y, en el caso del Banco Central, además, en prestigio e influencia (credibilidad).

El Fondo Monetario en los últimos días, ha advertido a los líderes europeos del gobierno alemán y del Banco Central Europeo y posiblemente a la propia Comisión Europea, que deben mejorar el manejo de la crisis de deuda regional que amenaza afectar seriamente las perspectivas de crecimiento y recuperación globales.  El FMI señala categóricamente que “el debate improductivo respecto a la reestructuración de la deuda griega debe cesar”.

El FMI también ha señalado que una recuperación económica sana continúa avanzando, pero que la crisis de deuda soberana en la periferia amenaza con ahogar las favorables perspectivas, de modo que queda mucho por hacer para asegurar una unión monetaria sólida.

El Fondo sugiere también, para retornar a un sistema financiero saludable en Europa, primero, mantener las “non standard measures”  (del BCE), que incluyen proveer liquidez ilimitada hasta que las tensiones del mercado bajen significativamente y segundo, establecer una “facilidad de fondos condicional”, respaldada por los gobiernos europeos y operada por el Banco Central Europeo.

El segundo aspecto de la crisis griega, que preocupa mucho a los mercados, es la actitud de Grecia misma frente a la crisis de la deuda soberana y el riesgo real de disrupción político social.  El Gobierno griego ha estado en riesgo de caer, sin embargo, esta semana obtuvo un voto de confianza en el Parlamento, después del cambio de gabinete del Primer Ministro Papandreu. No obstante, los márgenes de votos son estrechos, lo cual revela que una proporción significativa de la población no aprueba y se resiste a  las medidas de austeridad impuestas y supervisadas por las autoridades europeas y el FMI.  Esta situación contrasta con la fuerte voluntad política y social de las economías bálticas, también europeas, que enfrentaron una fuerte crisis fiscal y financiera, pero que han mostrado fuerte voluntad para efectuar duros ajustes económicos y están en dinámicos procesos de estabilización financiera y recuperación económica.

Tanto Grecia como Portugal no han cumplido con los ajustes fiscales comprometidos.  Así, el déficit fiscal griego para el 2010 fue 10,6% del PIB, superando en 1 punto la meta establecida.  En el caso de Portugal, el déficit alcanzó 9,1%, en vez de 8,6 establecido y ya en ambos casos las magnitudes todavía son muy altas e insostenibles en el mediano plazo.  Las dudas sobre estos países con graves problemas fiscales se reflejan en las magnitudes de las deudas públicas brutas, que para Grecia, llegarían, en el 2012, a 160% del PIB, en Portugal a 115% del PIB e Irlanda a 125% del PIB, pero más aún, con una dinámica que las puede abultar rápidamente.  El rendimiento de los bonos griegos a 10 años llegó a 17% y a dos años, superaba el 25% (a mediados de mayo).

En opinión del columnista del Financial Times, Martin Wolf, el nuevo acuerdo financiero que se está por alcanzar con Grecia es, nuevamente, “insano”, en referencia a la definición de Albert Einstein del término  (que consiste en repetir la misma acción, una y otra vez, esperando resultados diferentes).  La única justificación para el nuevo acuerdo con Grecia es que “lleva a ganar tiempo, lo cual es una mala estrategia”, dice Wolf. Dicha estrategia es mala, porque es insuficiente para resolver los problemas de mediano plazo y deja latente los riesgos de contagio en la periferia europea y eventuales tensiones en los mercados financieros.

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